Informe elaborado por el Dr. Ramón Salaverría (Universidad de Navarra) con la colaboración del GTM, Grupo de Trabajo Multidisciplinar que asesora y apoya al Ministerio de Ciencia e Innovación en materias científicas relacionadas con la COVID-19 y sus consecuencias futuras.
La desinformación es un problema social relevante, con indudable impacto en la seguridad y las actividades sociales de muchos países. Concebida tradicionalmente como un problema vinculado a los medios de comunicación y con efectos circunscritos al ámbito político, la desinformación es hoy un problema que trasciende a los medios periodísticos y se ha instalado principalmente en los ámbitos donde se dirimen las disputas políticas, sobre todo a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería, cuyas dinámicas de comunicación y ausencia de filtros informativos propician una diseminación masiva e inmediata de los contenidos falsos.
Una parte cada vez mayor de los contenidos desinformativos contaminan otras esferas. La pandemia de Covid-19 ha desencadenado una avalancha de desinformación en el ámbito médico y sanitario, al igual que había ocurrido recientemente con la amenaza del cambio climático. Todo induce a pensar que, en futuros debates públicos en torno a asuntos científicos y médicos, volverán a aflorar parecidos fenómenos de desinformación.