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In Memoriam. Dr. José Fereres Castiel (1943-2022)

Actualizado el 20/01/23 a las 11:06

Profa. Dra. María Sáinz Martín

Presidenta de la Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS) / Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública

​Ya sabía que algún día tendría que escribir algunos de los muchos momentos y recuerdos vividos juntos. Nunca aparecen los hados que ayudan a emborronar un papel en blanco dónde escribir y recordar parte de la vida que se cierra, tal como sucedió con el deceso del Dr. José Fereres Castiel el 4 de julio (Larache, 1943-Alicante, 2022) en plena calima estival.

El jefe o Pepe para algunos amigos o Joseph, como yo le llamaba algunas veces o sencillamente Fereres, fue un hombre que influyó en mi caminar profesional y social cuando obtuve la plaza de MIR en el año 1980 en la especialidad médica recién creada titulada Medicina Preventiva y Salud Pública, y poder elegir el hospital donde me formé como estudiante y alumna interna con el Dr. Luis Sánchez-Harguindey. Así comencé la residencia en enero del 1981 en el Hospital Clínico de San Carlos de Madrid.

La primera advertencia sobre su difícil carácter me llegó de los residentes, que ya llevaban un año en el hospital y durante la reunión de bienvenida, que dirigida con maestría y pasión el Dr. Francisco Cruzet (jefe de Salud Laboral) cuando me tocó presentarme y decir el porqué de mi elección.

La costumbre era en primer lugar saludar reverencialmente al fundador del servicio de Medicina Preventiva, el Profesor Doctor Piédrola Gil, eminente catedrático y miembro de la RAM, cuyo despacho estaba en la cuarta planta, zona noroeste, para posteriormente continuar con el saludo y presentación al Dr. Fereres, jefe del servicio de Medicina Preventiva. Mi desparpajo ignorante junto con mi apasionada visión de la medicina preventiva y social, además de mis investigaciones preliminares de Tesina en el campo de la Pediatría social en el Clínico con el Dr. Ángel Nogales Espert, me abrieron las puertas de un hombre muy especial que me conminó a presentarle un proyecto porque el haría todo lo posible para que me sufragaran como MIR poder enviar los resultados y además asistir al congreso de Medicina Preventiva a celebrar en Mahón. Yo salí flotando de aquella entrevista y sorprendiendo a mis compañeros residentes que no podían creer mis palabras.

Así, comencé a respetar, conocer y aprender de un jefe que confiaba en mí durante las investigaciones del Síndrome Tóxico, tanto fuera como dentro del hospital. Que me dejaba aprender y a buscarme la vida como “preventivista” en las investigaciones de salud laboral, en la búsqueda poblacional para un screening nacional sobre el glaucoma, en un área tan nueva a desarrollar como la Salud Pública (barrio de la Celsa, barrio de Tetuán, investigaciones parasitológicas en las escuelas, estudiar el área de salud del hospital, etc.)

El jefe Fereres era un médico con un extenso e intenso currículo que originalmente procedía de la Medicina Interna (tenía una fotografía en el despacho de su maestra la Doctora O´Connor) que supo recorrer el camino inicial y pionero de la gestión sanitaria, que apoyó desde sus inicios la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública puesta en marcha en España (1979) por el Dr. Segovia de Arana, entre otros.

Su capacidad de gestión era enorme y anticipada a su tiempo. Quería modernizar la dirección y gestión de los servicios clínicos hospitalarios. Valorar sobre todo los rendimientos y avances tecnológicos. Tenía ganas de cambiar la vieja escuela academicista y autocrática que imperaba en el Hospital Clínico San Carlos y tuvo que pelear contra el omnímodo poder de los catedráticos para modernizar y democratizar todo lo que pudo durante su etapa como director Médico junto con su equipo (los subdirectores médicos Dr. José Arizcun y Dr. Arturo Gallego y la directora de Enfermería Dª Maite Martínez del Olmo) y el Dr. Ramírez Armengol, Gerente del Clínico y sus ejecutivas secretarias, entre otras administrativas que le respetaban mucho. Me hizo volver de un congreso de Medicina Escolar en Oviedo con el fin de llevar una carta en mano dirigida a D. Alfonso Guerra, Vicepresidente del Gobierno de España, al edificio Semillas en Moncloa para comunicarle la problemática del Clínico (probablemente sobre la mala economía y gestión de todos los hospitales clínicos porque legal y administrativamente eran dependientes del Ministerio de Educación y Universidades) por la amenaza verbal y escrita de cerrar el hospital por el reciente y poderoso Rector de la UCM, D. Francisco Bustelo García del Real. Esto le acarreó auténticas enemistades y me confesó que se cerraba una parte de su posible proyección académica. Nunca le creí un apasionado por la docencia, así que no perdió nada. En cambio, su capacidad de dirección y gestión sanitaria creció enormemente, aunque nadie le haya agradecido su valiente acción y que todos los hospitales clínicos dejaran de depender de la universidad y desde 1984 se incorporaran los hospitales Clínicos con plenos derechos a la red hospitalaria del INSALUD y al Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad.

Todos le reconocían e incluso le temían por el saber hacer como nadie ese contra poder. Durante mucho tiempo el Dr. Fereres fue un referente de la buena gestión. Hizo importantes apoyos a muchas personas como magníficos profesionales, comenzando por su propia cantera de residentes que defendió sin ambages al igual que defendió cada metro cuadrado para su servicio y todas las unidades que puso en marcha, a pesar de todos los cambios que un hospital tan histórico necesitaba hacer para modernizarse.

Yo le agradeceré siempre el apoyo en los proyectos de investigación para la acción en Educación para la Salud. Que conociéramos en aquellos primeros años democráticos al Profesor Federico Mayor Zaragoza, ministro de Educación y posteriormente director general de la UNESCO, además del Dr. Juan Bosch-Marín, director de UNICEF-España. Que me apoyara en la creación pionera de la Asociación de Educación para la Salud (ADEPS, 1985) desde el Servicio de Medicina Preventiva. Que me presentara algunos de sus amigos como el periodista divulgador científico Ramón Sánchez-Ocaña, que junto con el Dr. Oreja y otros amigos se reunían periódicamente en festín de buenos manjares.

El Dr. Fereres sabía disfrutar del buen comer y beber con su personal y residentes, por ello me permitió que iniciara fuera del hospital las cenas pre-navideñas del servicio donde la unidad se hacía evidente junto a las risas que nos recuerdan las viejas fotografías, así como los ágapes en el servicio acompañado siempre con el baile de la tía Melitona que nos ofrecía su secretaria de toda la vida, Pilar Jiménez.

Desde el servicio de Medicina Preventiva del Clínico se apoyaron o gestaron entidades importantes con proyección nacional e internacional como fueron las siguientes:
• Apoyo al nacimiento y desarrollo Centro Universitario de Salud Pública (CUSP) de la Comunidad de Madrid con la Universidad Autónoma de Madrid (antecedente de la Agencia Laín Entralgo, desgraciadamente extinta) promovido por su amigo el Dr. Miguel Carrasco.
• La creación de la Asociación Madrileña de Medicina Preventiva y Salud Pública con su amigo el Dr. Vicente Monge, entre los que me encontraba, junto a los médicos residentes Gil Rodríguez, Gloria Mato y Alberto Mariano, además de algunos MIR de otros hospitales de Madrid.

Fue un gran defensor de las nuevas metodologías y los avances de la limpieza, la higiene y esterilización clínica centralizada. Por ello promovió la creación del Club Español de Esterilización (CEDEST). Tuvo grandes apoyos, entre los cuales estaba su adjunta sanitaria y común amiga como era nuestra supervisora de enfermería, Esther Sánchez.

El Dr. Fereres fue durante unos años director Médico de SANITAS, donde pudo realizar una magnífica gestión con resultados positivos para la empresa. Por entonces yo me encontraba dirigiendo el servicio de Educación para la Salud en el ministerio de Sanidad con el ministro Julián García Vargas, pero nunca perdimos el contacto y la colaboración.

Durante muchos, muchos años fue apoderado y gestionaba la Clínica López-Ibor, de su amigo Juan José, aunque los últimos años ésta y otras relaciones de profundas amistades se quebraron.

Tenía tantas amistades o más bien conocidos como Roberto Dorado al que le propuso toda una serie de medidas preventivas para desarrollar en la Policía Nacional durante la epidemia del SIDA.

Del 10 al 13 de mayo del año 2000 pudimos celebrar una Conferencia Internacional de la UIPES (Unión Internacional de Promoción y Educación para la Salud) auspiciada por la OMS-Europa en Santander y gestionada desde ADEPS-Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico San Carlos. Allí estuvo conmigo y todas las autoridades nacionales e internacionales que movilizamos. Éramos felices, al igual que cuando los veinticinco primeros años, él y su mujer Leonor, nos convocábamos para comer juntos con mi marido en su piso de Puerta de Hierro o en algún buen restaurante donde charlábamos de sus preciosas dos hijas y mis dos hijos, de amigos y conocidos, de la sanidad, la política o la literatura, ya que ésta también era una importante faceta que siempre cultivó con sus artículos en la revista Tribuna Médica o en periódicos de tirada nacional junto a Enrique Costas y Cayetano Rodríguez, tus amigos escritores.

Hace poco más de un año que te saludé. Estabas sentado en una silla de ruedas y acompañado por Mercedes, tu secretaria de siempre, en el servicio de Oftalmología del Clínico. Me sonreíste como solo tú sabías hacerlo y me preguntaste:

– ¿María, esos pendientes te los regalé yo?

Yo te sonreí, desde esa mirada que solo tú sabías ofrecer desde la memoria y el recuerdo.

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