RECURSOS

Consumo de drogas y ocio en jóvenes

Juan Carlos Conde

Trabajador social. Agente de salud de PAJEPS 2020.

Según los Informes del Observatorio Español sobre Drogas 2016 (OED), se ha producido un incremento de consumo de drogas especialmente notable en el caso del cannabis y de la cocaína, cuyos consumos, al igual que sucede en la mayor parte de los países europeos, han aumentado considerablemente en nuestro país en los últimos años, sobre todo en el sector más joven de la población.

En muchos casos, estas sustancias se consumen en combinación con otro tipo de drogas (alcohol, tabaco o éxtasis) o mezcladas entre sí, con fines recreativos y socializantes, durante los fines de semana y épocas de ocio. Se trata de un consumo intenso pero intermitente, que, al concentrarse durante determinados días de la semana, confiere a los consumidores la sensación falsa de que su conducta carece de riesgos.

Tras detectar este tipo de comportamientos en la población de Valdeganga (Albacete), donde ahora resido, y para comprobar la incidencia de este tipo de comportamientos, me propuse realizar un pequeño estudio en el que se identificaron los siguientes elementos: hábitos de consumo, incidencia, percepción de la realidad de la situación, así como los hábitos de ocio y consumo en los jóvenes de la localidad con edades comprendidas entre los 15 y 30 años. Se realizó una serie de entrevistas de las que se obtuvieron las siguientes conclusiones:

El problema del consumo de drogas en Valdeganga se extiende en el tiempo, ya que tanto los más mayores como los más jóvenes, alrededor de un 70% de los encuestados, consideran que existe un problema de consumo de drogas que lleva desarrollándose varias generaciones con más o menos incidencia. Es probable que este problema persista debido a que los efectos negativos del consumo de drogas, así como del consumo del ocio poco saludable no se manifiestan a corto plazo, creando la ilusión de que no se producen consecuencias negativas.

Lo expuesto anteriormente, junto con otro de los datos obtenidos en la entrevista como es la falta de conocimiento acerca de los riesgos por el consumo de drogas, puede dar lugar a que se sigan repitiendo las mismas pautas de comportamiento, que seguirán pasando de generación en generación si no se toman medidas al respecto.

Por otro lado, la normalización del consumo en la localidad está muy extendida. Los jóvenes beben y consumen mayoritariamente los fines de semana como forma de diversión y empleo del ocio.

Ocio y juventud

Respecto a las cuestiones del ocio se han detectado dos cuestiones. La primera es que la mitad de los encuestados manifiesta que invierte su tiempo libre en el bar, frente a la otra mitad que invierten su ocio en otras actividades como deporte, ver la televisión, leer o viajar, dato que llama significativamente la atención. La segunda hace referencia a su satisfacción con el ocio, donde se observa que el 60% está satisfecho con el ocio actual, frente al 40% que manifiesta no estarlo.

Debido a la falta de alternativas saludables de ocio producidas, entre otros factores, tras el cierre del campo de fútbol debido a la situación sanitaria, se ha tendido a invertir el tiempo libre en el bar y en las casas de la gente. Como se indicaba anteriormente, la mitad de los encuestados afirman que dedican su ocio en este aspecto, muchas veces incumpliendo con las normas y recomendaciones de prevención con el inherente consumo de alcohol y drogas como complemento al ocio, y con las consecuencias negativas que puede arrastrar a todos los niveles y de las cuales no son conscientes los jóvenes de la localidad, pudiendo llegar a convertirse en una situación grave si no se ofrecen alternativas para el cambio.

Para contrarrestar este problema, y prueba de la eficacia de las actividades de ocio saludable es el programa Youth in iceland, que se viene desarrollando en Islandia desde 1998 y gracias a su eficacia ha conseguido que Islandia pase de presentar a finales de los 90 una de las tasas más grandes de consumo de drogas en Europa, a una de las más bajas con los últimos datos obtenidos. Este estudio identifica que el principal factor de prevención de consumo son los padres y la educación que les dan a sus hijos, además dice que este factor no es suficiente por sí mismo y habla de otro que es el objetivo principal de este artículo, como es las actividades lúdicas y deportivas que ofrecen a los jóvenes experiencias nuevas y los alejan así de las drogas. Como por ejemplo el aprendizaje de nuevas habilidades mediante el descubrimiento de deportes alternativos como el slackline, la escalada o el piragüismo ya que el pueblo cuenta con los recursos naturales para desarrollar este tipo de actividades, así como fomentar nuevos hábitos mediante talleres de lectura, cine o la fotografía.

En conclusión, como residente de la localidad considero que las actividades de ocio alternativas son la solución perfecta para contrarrestar esta problemática que, si bien lleva muchos años sucediendo, aún estamos a tiempo de cambiarla y evitar problemas de salud graves, tanto para las generaciones del presente como del futuro, ya que mediante la observación de la conducta de los más mayores aprenderán a desarrollar hábitos saludables (Aprendizaje vicario, Bandura 1982).

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