,Las zambullidas al agua es una de las causas más importantes de lesión medular en adolescentes y adultos jóvenes tras las caídas y los accidentes de tráfico. Esta práctica habitual, puede producir graves lesiones medulares a nivel cervical como las tetraplejias (1).

Resulta llamativo el predominio de estas lesiones en hombres. Un estudio en Canarias que analizó la prevalencia de esta lesión entre el 2000 y 2014 reflejó que a lo largo de estos años de los 23 pacientes que ingresaron por una lesión por zambullida, todos eran varones (2). 

A la hora de prevenir este tipo de lesiones numerosas organizaciones realizan una gran labor cada año a través de campañas preventivas (3), y con la llegada del verano los informativos televisivos también habitúan a tratar este tema.

Sin embargo, la apreciación que se tiene de las zambullidas al agua no suele ser negativa. En muchos pueblos costeros de España abundan grupos de niños y adolescentes en los paseos portuarios saltando al mar. Convirtiéndose esta acción en una tradición que pasa de padres a hijos y que se ve retroalimentada por la pasividad de estos ante las conductas de riesgo de sus hijos.

Resulta llamativo también que nunca se observa a ninguna persona practicando esta actividad sola y que, por lo general, suele ir acompañada de un grupo de pares que le alienta a saltar, presionándole en el caso de que esta no se atreva.

A su vez, se trata de una actividad que suele recibir más expectación cuanto más arriesgada es la zambullida, alimentando así una disminución de la percepción del riesgo por la popularidad a corto plazo.

Es necesario profundizar en el modelo de prevención de conductas de riesgo para poder como educadores de salud prevenir estas lesiones atajando la raíz del problema, que por las características conductuales que presenta esta actividad de ocio veraniego, se relaciona predominantemente con el rol tradicional de la masculinidad que predomina entre los grupos de jóvenes. Una masculinidad que viene acompañada de una baja percepción del riesgo a largo plazo frente a los beneficios a corto plazo, como son el cumplir con los atributos asociados a este rol de género: valentía, lucirse a ojos del grupo de amigos, mostrar destrezas atléticas…

Además de ser varón, como factores de riesgo podemos encontrar ser adolescente, debido a la tendencia que hay entre los 14-17 años de involucrarse en conductas de riesgo, distanciándose de la familia y acercándose al grupo de pares. Una adolescencia que viene acompañada de una sensación de invulnerabilidad, una necesidad de un alto grado de experimentación, una susceptibilidad a la influencia de las amistades y a un déficit para considerar consecuencias futuras por falta de desarrollo de la corteza prefrontal (4).

Todo esto provoca una subestimación de los riesgos por encontrarse en juego la imagen y por la sensación de control de la situación que estos adolescentes poseen.

Es necesario por tanto que, a parte de la educación sanitaria para la prevención de las lesiones, enfoquemos la promoción de la salud a un cambio de un modelo de asunción de riesgos a un modelo de resiliencia y asertividad, creando así factores protectores en los jóvenes.

En 1993 la División de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud lanzó la Iniciativa Internacional para la Educación en Habilidades de la Vida en las Escuelas.

Se trata de un enfoque educativo centrado en desarrollar en los adolescentes diez destrezas útiles, entre las que encontramos la comunicación asertiva, para afrontar las exigencias y desafíos de la vida diaria (5).

A la hora de prevenir la lesión medular por zambullidas resulta fundamental que de la mano de la información para prevenir estas lesiones, desarrollemos estas habilidades en nuestros jóvenes, convirtiéndoles en los máximos responsables de la decisión de saltar, evitando que esta se vea influenciada por el grupo de iguales.
Trabajar en habilidades de la vida nos permitirá realizar intervenciones efectivas que den como fruto, no solo una disminución del riesgo de lesión medular, sino también de transmisión de ETS, consumos abusivos y otras conductas de riesgo.

BIBLIOGRAFÍA

1. Torres Alaminos, M. (2018). ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS DE LA LESIÓN MEDULAR EN EL HOSPITAL NACIONAL DE PARAPLÉJICOS. Ene. Revista De Enfermería, 12.

2. Bárbara-Bataller, E., Méndez-Suárez, J., Alemán-Sánchez, C., Sánchez-Enríquez, J., & Sosa-Henríquez, M. (2020). Lesión medular secundaria a zambullida en Canarias. Retrieved 13 November 2020, from http://www.elsevier.es/neurocirugia.

3. Campaña “Tirate con la cabeza” de ASPAYM y Cruz Roja: https://www.medular.org/aspaym-y-cruz-roja-promueven-la-campana-tirate-con-cabeza-para-prevenir-las-lesiones-medulares-por-zambullida/

Campaña “¡Mira cómo saltas!” del Hospital Nacional de Parapléjicos: https://sanidad.castillalamancha.es/ciudadanos/protege-tu-salud/verano-saludable/zambullidas

Campaña “Stop Zambullidas” del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe:
https://www.periodicoelnazareno.es/stop-zambullidas-una-campana-para-prevenir-lesiones-medulares/

4. Francisca Corona, H., & Eldreth Peralta, V. (2011). Prevención de conductas de riesgo. Revista Médica Clínica Las Condes, 22(1), 68-75. doi: 10.1016/s0716-8640(11)70394-7

5. Habilidadades para la Vida. (2020). Retrieved 13 November 2020, from https://www.habilidadesparalavida.net/modelo.php

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