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Adiós a una referente mundial: la profesora María Antonia Modolo

Actualizado el 22/12/20 a las 17:46

Nunca olvidaré tu cariñosa recepción y buena acogida en la primavera del año 1982.  Llegué al Centro Experimental de Educación Sanitaria (Perugia) sin previo aviso, solo con una carta de presentación del Dr. Juan Bosch-Marín -presidente de UNICEF-España- y mi entusiasmo, para explicarte que estaba trabajando como médica en el primer proyecto de investigación educativa en Educación para la Salud dentro del ámbito escolar en una España democrática y con el apoyo directo del ministro de Educación, el Prof. Federico Mayor Zaragoza, y del Dr. José Fereres, mi jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico San Carlos en Madrid.

”Vente conmigo -me dijiste- y te enseñaremos en directo nuestras experiencias. Tranquila, ya estarán esperándonos allí la Profa. Ana Ferrari y el Prof. Mori”, me comentaste con una sonrisa burlona, mientras íbamos en el coche con un poco de retraso porque me habían estado enseñando cómo era el Centro Experimental de Educación Sanitaria. Aún recuerdo cómo me agarraba al asiento del coche, aunque llevaba puesto el cinturón de seguridad, porque la velocidad que llevaba la Profa. Módolo conduciendo por las arácnidas calles y la carretera estrecha de Perugia eran más de una Fitipaldi que de una admirada y respetada Doctora y Profesora de Higiene de la catedra de Medicina Preventiva de la Universidad de Perugia. Nos acompañaban un joven farmacéutico, que llevaba un montón de preservativos para los adolescentes del centro escolar, de la Unidad Local de Salud y otra profesora ayudante para conocer las experiencias y los resultados de los trabajos finales del semestre sobre educación sanitaria.

Ese fue mi primer impacto contigo MAESTRA. Después, quedé sorprendida viendo en directo la presentación de experiencias locales y de aulas, que presentaban los escolares de primaria y secundaria en formato asambleario, donde alumnado y profesorado discutían los métodos de investigación y sus resultados. La profesora Modolo sonreía ante la cara de admiración y sorpresa. Comprendía su fuerza, pues era como una directora de orquesta en un ensayo preliminar en la vida y la salud de todas las personas que nos encontrábamos allí.

Otra vez me impactaste cuando discutiste mis objetivos de investigación delante de tu maestro, el Profesor Alejandro Sepilli, y referente de las teorías de Paulo Coello en Europa. Fue durante una sesión de Medicina Preventiva y Educación Sanitaria en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, donde aprendí las máximas que están grabadas en mi cerebro y en mis libros: “para hacer educación para la salud hay que creer en ella, tener medios para desarrollarla y poder para mantenerla”.

Todo era intenso contigo, amiga mía. Hasta los encuentros de celebración en tu piso en Perugia, donde pudieron acudir mis hijos cuando eran pequeños. Aunque ellos se acuerdan más del baúl lleno de juguetes del hijo de la Profa. Ana Ferrari.

Luego vinieron nuestros encuentros a través de la Unión Internacional de Educación Sanitaria (UIES) en Dublín, París, Perugia, Turín, Sigüenza, Mérida, Santander y, sobre todo, Madrid. Te agradeceremos siempre tu pasión y generosidad por España. Nos diste toda la ayuda intelectual como la gran maestra que eras para que creyéramos en la Educación para la Salud. Tu llenabas de entusiasmo a los profesionales que convocábamos para que aprendieran y te escucharan todas las veces que te pudimos traer a España, a través de la Asociación de Educación para la Salud (ADEPS), que fundamos en el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico a finales de 1984 y de la que te nombramos Presidenta de Honor.

Y qué feliz de volver a estar con nuestra amiga común, la Dra. Pilar Nájera, cuando pudimos organizar la Primera Conferencia Europea de la UIES (Madrid, marzo del 1987) en colaboración con la OMS y con apoyo del Ministerio de Sanidad, con Julián García Vargas de ministro. Eran tiempos apasionados con la nueva política española. Cómo nos reíamos con tus anécdotas sobre la única Conferencia Mundial de Educación Sanitaria con la dirección del Dr. Juan Bosch-Marín, que se celebró en el mismo salón de actos pero entonces era de los sindicatos verticales de España. Esa conferencia mundial fue apoyada fundamentalmente por los votos peronistas de la Delegación Argentina en 1965. El grupo “Perugino”, tal como os llamábamos, se conjuró para volver a España solamente si volvía una democracia donde en verdad se pudiera desarrollar la libertad individual y el conocimiento informado para que cada persona pudiera decidir qué hacer con su salud y también con la salud de su comunidad. Todos sabemos que desarrollar la educación para la salud significa tener más poder de influencia en su medio social y no la simple instrucción de unos hábitos de higiene fomentados por la sección femenina de la Falange.

Ahora leyendo las notas sobre tu obituario que hicieron en los medios de comunicación italianos, he recordado que en el año 1994 hasta 1996 fuiste senadora en la XII Legislatura de la República Italiana por el Partido Socialista en el grupo “Alianzas Progresistas” por el colegio electoral de Foligno-Spoleto. Y que el secretario Bezzi de Spoleto, del PSI, te hizo un gran recordatorio como luchadora.

Yo te añoro, amiga mía, pues recuerdo a todo el grupo de profesionales de la salud que participaron en la “Ruta de los Paradores”, como yo llamaba al encuentro de los profesionales responsables de educación para la salud del Ministerio de Sanidad y de todas las comunidades autónomas de España. Los funcionarios y funcionarias que trabajábamos para hacer un gran tejido social desde la Promoción y la Educación para la Salud desde el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Educación, además del Ministerio de Asuntos Sociales. Las administraciones se habían comprometido a desarrollar las leyes y normas favorables a esa tarea de libertad a través de la educación para la salud. Fueron años de trabajo intenso.

Seguimos conectado en la década de los noventa desde la ADEPS-España y sus Jornadas Nacionales e Internacionales (Madrid, 1985, 1987, 1992 y 1997), hasta contar con tu apoyo y la labor común con profesionales de la salud de la Escuela de Granada, para que en España estuviera por primera vez la sede de la UIES-Región Sur de Europa en la Escuela Andaluza de Salud Pública (Granada).

Pudimos homenajearte con flores y una gran lista de saludos como nuestra Presidenta de Honor, la Dra. Profa. María Antonia Modolo, en la V Conferencia Europea de la UIPES con la OMS que organizamos desde Madrid y Granada hasta poder hacerla real en la ciudad de Santander en el año 2000. Luego el silencio y los años de trabajo ajenos, pero siempre sabiendo de ti.

Son tantos los encuentros que quedaron en el tintero para hablar contigo, amiga, que yo sigo soñando con aquel paseo por el Retiro de Madrid y con el bello atardecer que disfrutamos sentadas las dos en un banco viendo el juego de luces que nos ofrecía el atardecer frente al Palacio de Cristal. Empiezo a echarte de menos.

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