ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Un modelo de gestión en Educación para la Salud

Actualizado el 26/09/18 a las 14:41

Antonio Merino

En 1983, un grupo de profesionales que provenían de distintas disciplinas del conocimiento, se dieron cita en el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, para apoyar a la Dra. María Sáinz (por entonces la tutora de Médicos Residentes-MIR, más joven de toda España)) y poner en marcha lo que entonces era sólo una hermosa locura: la creación en España de la Asociación de Educación para la Salud (ADEPS).

Ya en 1979, a raíz de la X Conferencia Mundial de la, entonces, UIES (Unión Internacional de Educación Sanitaria. Londres), se empezaron a sentar las bases del cambio conceptual de Educación Sanitaria versus Educación para la Salud; es decir, pasar desde modelos donde se primaba lo puramente asistencial hacia otros más apegados a la realidad comunitaria, donde lo social, educativo, ambiental y generacional suponían un nuevo marco de actuación pluridimensional y multidisciplinar.

Ante estos nuevos aires de cambio, bajo el paraguas de la ADEPS, se fueron implicando otros profesionales e instituciones, tanto publicas como privadas, colaborando estrechamente en su ejecución personalidades del mundo de la ciencia, la medicina, las humanidades y la cultura, como Federico Mayor Zaragoza, Juan Bosch Marín, Joaquín Ruiz Jiménez, Pedro Laín Entralgo, Enrique Tierno Galván, Rof Carballo, Ricardo Díaz Hotchleitner, Julio Caro Baroja, el Prof. Sepilli, Mª Antonia Modolo, Pilar Nájera.

Desde entonces la ADEPS, y más tarde la que sería y es su Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS), se han convertido en un referente mundial en la promoción de la CULTURA DE LA SALUD y en la gestión de sus programas desde hace 34 años, desarrollando una ingente labor, pionera en España, en la investigación y formación de formadores, pasando por su Centro de Formación (hoy Cátedra de Educación para la Salud) más de 30.000 profesionales de España, Europa, Canadá, Estados Unidos e Iberoamérica, colaborando con 72 Universidades de medio mundo y desarrollando campañas, programas y proyectos junto a 640 empresas y entidades, tanto públicas como privadas.

Uno de estos programas “estrella” es el Programa de Agentes Jóvenes en Educación para la Salud (PAJEPS). Coincidiendo con la Conferencia Mundial de la Mujer (Pekín. 1995), la Dra. Sáinz propuso al entonces Ministerio de Asuntos Sociales, la puesta en marcha de programas dirigidos hacia los jóvenes de cara a potenciar su liderazgo  (más allá de lo que hoy denominamos empoderamiento) dentro de los colectivos donde actúan para ser ellos protagonistas y “transmisores” de un concepto amplio de lo que, para ellos, debería ser la SALUD.

Así, desde un concepto tremendamente novedoso y atractivo como era la denominación de Agente de Salud, y lo que no tardaría en suponer un reto para ese enorme colectivo hiperactivo, se pudo poner en marcha en España lo que hoy es, 23 años después, el mayor proyecto europeo de formación e intervención, de liderazgo, entre los colectivos de jóvenes desde el ámbito de la Salud. Proyecto que ya, este mismo año 2018, ha podido desarrollarse en México en colaboración con los colectivos indígenas del Estado de Chihuahua, lo que da sentido al origen del programa donde se señalaba con claridad su carácter nacional e internacional. Para que esto sea una realidad, para que estemos hablando de un programa en el que buena parte de su equipo docente han sido Pajeps, es decir se han formado como Agentes de Salud, debemos hacernos una pregunta: ¿Qué supone todo esto? Supone, entre otras cosas:

  • Más de 1.200 entidades, organizaciones y fundaciones que han colaborado con el Programa, ya sea avalando a sus futuros Agentes de Salud, o bien participando activamente de sus intervenciones.
  • Más de 300.000 jóvenes que se han beneficiado de las actividades desarrolladas por los Agentes de Salud en Centros Educativos, Universidades, Campamentos, Ayuntamientos y Consejerías, Asociaciones Juveniles…
  • Un modelo que contribuye al fomento del empleo dentro de las áreas de las Ciencias de la Salud y de la Educación, teniendo en cuenta que más del 72% de los/as Agentes de Salud son mujeres y que el 86% se encuentran ya dentro del mercado laboral.
  • Una Red de más de 800 jóvenes, formados como Agentes de Salud, repartidos por toda la geografía del Estado, y que a su vez son profesionales dentro de sus escenarios laborales, ya sean médicos/as, psicólogos/as, docentes, trabajadores sociales, enfermeras/os, policías, bomberos, economistas, periodistas, sociólogos/as…

Desde su creación la filosofía de la ADEPS (y más tarde con FUNDADEPS) se asienta en bases muy sencillas, de fácil comprensión por parte de toda la población, ya que su primera misión es la de luchar por la justicia social mediante la promoción y distribución universal de la salud, teniendo como lema el elevar la salud de la población por medio de la educación y la cultura, permitiendo que todos y todas seamos más libres y responsables, es decir, más ciudadanos.

Pero también entendemos la salud con un enfoque más vitalista y natural de vivir la vida, animando a todas las personas a que experimenten la importancia de saber reírse, de festejar la vida, de ser sinceros, de saber escuchar y amar, de luchar por la libertad y la solidaridad, de ser sensibles, y del inmenso placer de cultivar la felicidad con la música y los libros.

No olvidemos que uno de los objetivos de la Educación para la Salud es enseñar a la gente a responsabilizarse de su propia salud, pero también la de su familia y su comunidad, cambiando sus hábitos de vida hacia otros más saludables. Nuestra manera de convivir, de alimentarnos, los estilos de vida, el medio ambiente, condicionan nuestra existencia y nos afectam a todos y a todas por igual. De ahí que su desarrollo conduciría a un incremento de la productividad de la población activa, a una mejora de la capacidad funcional de las personas, así como a una reducción considerable de las necesidades de los servicios sanitarios y sociales, lo cual conlleva una reducción en las desigualdades en salud y a un incremento de la calidad de vida de población.

No olvidemos que EDUCAR PARA LA SALUD ES EDUCAR PARA LA VIDA, PORQUE LA SALUD ES NUESTRA MAYOR INVERSIÓN DE FUTURO.