
Entender cómo es la sociedad americana no es cosa fácil. Comencemos por el hecho que aquí la salud no es un derecho. Para quienes nos atrapa el asunto de la salud en términos de población, comunidad, pública o como ahora gusta ser llamada “salud global”, el debate en torno a esta famosa reforma sanitaria ha sido y es, porque esto va a seguir, sencillamente apasionante.
En lo personal, creo que hablar de reforma sanitaria en Estados Unidos es hablar parcialmente de lo que se trata. Aquí, finalmente se le terminara brindando cobertura sanitaria a una porción muy grande de la población americana, 40 millones de personas aproximadamente, sin mencionar las mejoras a la mala calidad de prestación que recibe otra cantidad igual o aún mayor. A mi entender, de lo que se trata, utilizando palabras de estas tierras, es ni más ni menos es de regular el “business” al grupo de compañías aseguradoras que basándose en las características de la persona (condiciones pre existentes) son capaces de llevar a la quiebra a una familia o dejar sin cobertura a un afiliado con 15 años de antigüedad por el aumento de su cuota en base a su edad o condición de salud. Sin embargo, entre esta reforma y el modelo de salud social como el europeo hay un largo trecho.
Que en el país de la libertad y los sueños hechos realidad, la salud no sea un derecho no es moco de pavo. Pero tampoco es moco de pavo que el gasto en salud de este país sea aproximadamente del 16% del PIB. Eso dice muchas cosas. Business are business. Para ilustrarlo aun más, se calcula que la mitad de todas las quiebras en los Estados Unidos son causadas por los gastos médicos.
Ahora todos los americanos estarán obligados a tener un seguro medico. Las personas deberán pagarlo, los empresarios también, lo bueno será que las empresas aseguradoras estarán reguladas, igual que muchos médicos que antes se amparaban en ciertas normas para elegir que a cuáles pacientes atender y a cuáles no. Aquí la medicina es un negocio a todos los niveles.
Sin embargo, esto recién comienza. Los congresistas republicanos llaman a la rebelión en sus estados y esto parece afirmar mi sentimiento mas intimo: esta reforma, que se hará efectiva a partir de 2014, será más descafeinada que el propio expresso descafeinado de Starbucks. Pero, eso sí, será histórica al fin, como el mismo Presidente Obama.