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La educación sexual reduce en un 50% las prácticas sexuales desprotegidas de jóvenes

por | Actualizado el 24/10/11 a las 00:13

Las acciones educativas de promoción de la salud sexual pueden ser una potente herramienta para prevenir las infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados entre jóvenes. Así lo demuestra una investigación realizada por SIDA STUDI sobre 429 jóvenes de 2º ciclo de la ESO y 191 jóvenes de bachillerato participantes en los talleres de promoción de la salud sexual y reducción de los riesgos asociados impartidos por esa organización en diferentes centros educativos durante el curso escolar 2010 -2011. La investigación se realizó a través de dos cuestionarios respondidos por los jóvenes, el primero antes de realizar la intervención y el segundo un mes después de haber realizado las sesiones, a través de los cuales se recabaron datos referentes a las prácticas y conocimientos que tienen los y las jóvenes relacionadas con la salud sexual.

Según los datos obtenidos en el cuestionario respondido antes de las sesiones, un 23% de los/las chicos/as de 2º ciclo de la ESO ya habían mantenido relaciones sexuales que incluyen la penetración y en bachillerato y ciclos formativos de grado medio esa cifra aumentaba hasta el 53%. En relación a los métodos preventivos, el preservativo para el pene era el método más utilizado: el 55% de los/las jóvenes de 2º ciclo de la ESO utilizaban siempre el preservativo y un 20% casi siempre, mientras que en bachillerato y ciclos formativos más del 70% de los/las jóvenes decía utilizarlo siempre o casi siempre.

En cuanto a los resultados obtenidos una vez hecha nuestra intervención, destaca el hecho de que los jóvenes reducen en un 50% sus prácticas sexuales desprotegidas. En bachillerato y ciclos formativos, el 28% de los/las jóvenes decían haber mantenido relaciones sexuales desprotegidas antes de realizar la intervención, mientras que un mes después de finalizar la intervención esos datos disminuían, especialmente, en el caso de los chicos, en más de un 50%. En el caso del 2º ciclo de ESO, antes de iniciar la intervención aproximadamente un 20% de los/las jóvenes había mantenido prácticas sexuales sin protección mientras que un mes después de acabar los talleres se observa que sólo un 12% mantenía prácticas sexuales desprotegidas.

Por último, destacaba también el aumento de los conocimientos sobre salud sexual que adquieren los/las jóvenes después de las intervenciones. En este sentido, se desmitifican muchos aspectos relacionados con la salud sexual, sus percepciones y sus prejuicios hacia las personas con VIH y la transmisión de la infección. Así, por ejemplo, una vez hechos los talleres un 30% más de los chicos y chicas saben que la marcha atrás no es un método preventivo eficaz ante un posible embarazo y un 15% varían su percepción sobre el concepto de sexualidad, siendo este más amplio y no centrado únicamente en la penetración vaginal.