
En ese sentido, el ESTUDES 2014-15 señala que el alcohol es la droga que los jóvenes siguen percibiendo como la menos peligrosa. El consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes de 14 a 18 años se ha reducido un 5,1% en los últimos dos años. En concreto, las borracheras y el «binge drinking» (consumo en atracón) son las dos formas de ingesta de alcohol que más han descendido. Un 8,6% en el primer caso y un 9,6% en el segundo. Además, el consumo de alcohol está más extendido entre las chicas (78,2%) que entre los chicos (75,3%).
En el último año 137.000 estudiantes empezaron a fumar, aunque el consumo de tabaco entre los adolescentes ha descendido del 35,3% en 2012 al 31,4% en 2014. El 33,2% de las chicas consume tabaco frente al 29,6% de los chicos.
El consumo de cannabis también muestra una tendencia descendente (del 1,2%) entre los jóvenes españoles, pese a que en el último año empezaron a consumirlo 146.200 estudiantes. Según datos del estudio, los adolescentes fuman una media de 3,2 porros al día. Ellos (28%) los consumen en mayor proporción que ellas (23%).
Desde la perspectiva de género, la encuesta aporta un dato muy interesante: las adolescentes españolas adelantan a los chicos en el consumo de drogas legales, como el tabaco, el alcohol o los hipnosedantes, mientras que ellos encabezan el consumo de sustancias ilegales.
En cuanto al riesgo percibido, el alcohol es la sustancia que los adolescentes perciben como menos peligrosa y persiste -desde 2010- la consideración del tabaco como más peligroso que el cannabis.
Para los jóvenes, las medidas de mayor eficacia para resolver el problema de las drogas son: educación en las escuelas, tratamiento voluntario a los consumidores, control policial y aduanero y campañas publicitarias.